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Mon Laferte: ‘Soy una mujer repleta de contradicciones’

 

Laferte ha ganado cuatro premios Grammy Latinos, la mayor cantidad para un artista chileno y ha sido nominada dos veces a los premios Grammy anglo. La artista chilena, que reside en México, atravesó una cruda infancia con una historia marcada por abusos, carencias y una permanente búsqueda del amor.

 

En 2003, entonces conocida como Monserrat Bustamante, participó en el reality show chileno Rojo y ese mismo año lanzó su primer álbum de estudio, La chica de rojo, que fue un éxito en Chile. 

 

En 2007 decidió comenzar un nuevo capítulo en su carrera musical y se mudó de Chile a Ciudad de México. Dos años después le diagnosticaron un cáncer de tiroides, lo que detuvo su carrera de forma abrupta.

 

Por esa época en que luchaba contra el cáncer decidió abandonar el nombre artístico por el que era conocida y se presentó al mundo como Mon Laferte, expresando que el nombre representaba un nuevo comienzo para ella. 

 

Ya recuperada y con su nuevo nombre fue invitada a ser jurado en la segunda temporada de la versión chilena de Factor X y en 2013 lanzó su tercer álbum, Tornasol, y el sencillo Tu falta de querer se convirtió en un éxito absoluto.

 

En 2017 lanzó su quinto álbum, La trenza, el más aclamado hasta la fecha. Su sencillo con la estrella del rock colombiana Juanes, Amárrame, ganó el premio a la Mejor Canción Alternativa en los Grammy Latinos, para los que también fue nominada a Mejor Álbum de Música Alternativa, Canción del Año, Álbum del Año y Grabación del Año.

 

Hace pocos días Netflix lanzó el documental que cuenta las luchas de la artista y en el que Mon Laferte se sincera sobre su vida, en el marco de una gira mundial, habla de la experiencia de la maternidad y de sus dolores más profundos. EL TIEMPO habló con ella.

 

¿Cómo se siente ser una observadora de su propia vida?

La verdad, es rarísimo. Yo le digo a cada persona que haga el ejercicio de imaginarse que le hacen un documental de su vida. Es un ejercicio que, sin lugar a duda, te puede dar como vértigo o pavor. Pero la realidad es que también es muy terapéutico. Y hay un factor que no podemos olvidar, y es la pena... Porque, sí, más allá de ser una figura púbica, es verdad que da mucho pudor también, porque se comparten cosas muy íntimas con muchísima gente. Entonces, en resumen, estoy un poquito asustada, un poquito (risas).

Y cuando hace este recorrido de su vida como un narrador testigo, ¿qué es lo que más le sorprende?

 

Yo soy muy autocrítica, quizás demasiado, y tiendo a castigarme mucho. Y no sé, me sorprende verme intentando, haciendo malabares y aferrándome a la idea de hacer tantas cosas al mismo tiempo. Me sorprende verme siendo una artista, intentando mantener mi carrera, buscando la forma de seguir sintiéndome mujer y queriendo ser madre a la vez... y a eso sumémosle, por supuesto, intentando ser una buena madre. Entonces eso, esas cosas, como que me sorprenden cuando ya las veo desde afuera y empiezo a dudar de cómo hago lo que hago y de si está o no tan bien hecho.

 

¿Qué piensa?

De pronto pienso, ‘¡¿Mon, por qué no te fuiste a descansar un par de años!?’, o pienso, ‘Mon, podrías haberte tomado un tiempo, podrías haber descansado un poco, y ahí seguías con esa pasión y esas ganas de querer hacer todo a la vez y hacerlo bien’. Pero también, y cuando dejo de ser tan dura conmigo, me cae bien la fortaleza que he tenido para enfrentar distintas situaciones de mi vida, sobre todo cuando era más jovencita. Por ahí pienso, viéndolo de afuera, que está bien. O sea, todo está bien. ¡Me dan ganas de abrazarme también... y de decirme, ‘¡wow, has hecho mucho, Mon!’.

 

Trabajar y ser madre es un tema que conflictúa mucho a las mujeres y es una de las tantas cosas que termina siendo un tema muy femenino. Y en un momento en el documental usted dice que se sintió sola y que no se sintió suficiente. Yo creo que eso también es muy intrínseco de la mujer. ¿Usted también siente que esto es algo que nos pasa a todas? ¿Que sus luchas y sus neuras son propias de todas las mujeres?

Yo creería que sí. Somos muy similares. Creo que, en el tema de la maternidad, como en esas luchas o neuras, creo que sí somos bastante similares. Es decir, yo soy artista y mi trabajo es ir, cantar y estar de gira. Y ahí estoy. Paseo con el bebé entre un país y otro. Esa es mi fortuna y mi lucha. Pero hay mujeres que también tienen sus luchas, distintas a las mías, pero parecidas. Converso con otras amigas que se levantan temprano y tienen que llevar a su hijo a la guardería y no lo ven durante ocho horas. Y llegan en la en la tarde a buscarlo y les cuesta mucho y sienten mucha culpa por eso. A veces ni siquiera es por una necesidad económica. Muchas veces sí la es, pero otras veces son otras necesidades... como la necesidad de seguir siendo profesional, de seguir con su carrera, de seguir siendo otra cosa además de madre. Y está bien hacerlo. Está muy bien. Pero existe esta culpa impuesta que tiene que ver también con lo religioso y la sociedad. Siento que se les carga bastante más la mano a las mujeres con el tema del trabajo de lo que se les carga a los hombres.

 

En el documental hay un tema muy recurrente que es su necesidad de que la quieran. Cuando usted cantó en Viña del Mar por primera vez, muchos sentimos que ese fue el reconocimiento de su país que tanto estaba buscando. ¿Es así?

Yo creo que sí. Que sí lo sentí como un reconocimiento, masiva y públicamente. Porque, si bien yo siempre iba a Chile a cantar y tocaba en lugares pequeñitos en los que sentía mucho amor de ese público, masivamente sentía un poco como un rechazo, porque era esta chica que salió de la tele. Y, no sé por qué existía esta sensación de que yo renegaba de mi patria y no, nada que ver. Y sí, sentí como que eso se había sanado en el Festival de Viña. Ahora también es una realidad que fue un momento muy cinematográfico porque, pues, fue como especial. Bueno, también en Viña hacen eso, les gusta el show televisivo (risas). Para mí fue muy emocionante también tener ahí a toda esa gente eufórica, gritando... fue un momento especial. Y sí, se sanó mi corazoncito en ese concierto.

 

Su documental habla mucho, entre otras cosas, de las heridas. ¿Usted cree que nosotros, como seres humanos, somos lo que nos duele o somos lo que sanamos?

Supongo que una mezcla de ambas. Creo que nada es como blanco o negro. Yo personalmente siento que soy una mujer absolutamente repleta de contradicciones. Pero estoy convencida de que eso es lo fabuloso de los seres humanos. Si lo pienso en los términos en los que tú lo planteas, te podría decir que un poco lo que sané y a su vez todo lo otro. Pero ni siquiera es algo estático. Hay días en que soy mucho lo que sané y hay otros en los que soy todo lo contrario. Nada es un blanco y negro y eso, eso a mí me encanta, porque ahí siento que está como el origen del arte, el origen de crear... todo eso está basado en la complejidad de los seres humanos.

 

Fuente: www.eltiempo.com - Úrsula Levy

https://www.eltiempo.com/cultura/musica-y-libros/mon-laferte-soy-una-mujer-repleta-de-contradicciones-3374578